INTRODUCCIÓN AL ADVIENTO

 

 

Iniciamos el tiempo de Adviento, este es un tiempo de 4 semanas antes de Navidad en el que como cristianos nos preparamos para celebrar la Natividad de Cristo (preparación inmediata) y a la vez nos preparamos espiritualmente para la segunda venida de Cristo (preparación remota).

Durante el Adviento, las lecturas del culto dominical giran sobre la esperanza en el Mesías, el arrepentimiento y la conversión o cambio de conducta, la alegría cristiana y el cumplimiento de las promesas de Dios en Cristo encarnado.

Toda la historia del Antiguo Testamento fue un continuo Adviento o espera de la venida de Cristo, los profetas y santos de la Antigua Alianza anhelaron ver el día en que el Verbo se hiciera carne. Ahora en nuestros días vivimos un segundo Adviento esperando en alegría su segunda venida.

 

Durante este tiempo la tradición cristiana es colocar en casa una Corona de Adviento. La Corona de Adviento representa con su forma circular la eternidad del amor de Dios que nunca cesa hacia nosotros. Pero también nos recuerda el ciclo de la historia humana en la cual Cristo vino a encarnarse, y que Dios es el Señor de la historia de principio a fin.

Hay quienes la adornan con manzanas o frutos rojos que nos recuerdan el pecado original, por otro lado las ramas verdes nos recuerdan a la Gracia divina que nos salva gratuitamente y nos capacita para vivir en la fe como hijas e hijos de Dios.

La corona tiene además 4 velas que se van encendiendo una a una según pasan los cuatro domingos de Adviento; en la antigüedad, durante los inviernos oscuros las velas simbolizaban la luz del sol que poco a poco iba haciéndose más intensa a medida de pasaba el solsticio de inverno y se aproximaba la primavera. Para nosotros las velas son un símbolo de la luz de Cristo que ilumina a los cristianos.

Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento, cada domingo tiene una temática particular:

  • Primer Domingo o Domingo “Ad te levavi” (A Ti levanto mi alma – salmo 24) por las primeras palabras del introito tradicional de ese día. El evangelio de ese día se centra en la necesidad de estar preparados para la venida de Cristo: (Año A) Mateo 24: 37-44; (Año B) Marcos 13: 33-37; (Año C) Lucas 21: 25-36.
  • Segundo Domingo o Domingo “Populus Sion” (Pueblo de Sión – Isaías 30: 19.30) por las primeras palabras del introito de ese día. El evangelio se centra en la necesidad de corregir nuestras vidas, arrepentirnos de nuestros pecados y preparar el camino al Señor cambiando nuestras actitudes: (Año A) Mateo 3: 1-12; (Año B) Marcos 1: 1-8; (Año C) Lucas 3: 1-6.
  • Tercer Domingo o Domingo “Gaudete” (¡Regocíjense! – Filipenses 4:4) por las primeras palabras del introito de ese día. Es un domingo especial, el domingo de la alegría en el que el aspecto penitencial se atenúa para resaltar el gozo de la esperanza cristiana (su paralelo es el cuarto domingo de Cuaresma o Domingo “Laetare”(¡Alégrense! – Isaías 66:10); el evangelio se centra en el gozo y la esperanza: (Año A) Mateo 11: 2-11; (Año B) Juan 1: 6-8. 19-28; (Año C) Lucas 3: 10-18.
  • Cuarto Domingo o Domingo de “Rorate caeli” (Destilen los cielos – Isaías 45:8) por las primeras palabras del introito de ese día. El evangelio se centra en la historia de la encarnación de Cristo en el vientre de María: (Año A) Mateo 1: 18-24: (Año B) Lucas 1: 26-38; (Año C) Lucas 1: 39-45.

 

Aunque se ha olvidado un poco, el leitmotiv o divisa que resuena durante todo el Adviento es la palabra hebrea “Hosanna”, la aclamación de quienes acompañaron la entrada de Jesús en Jerusalén (Mateo 21:9) pero también hace referencia al salmo mesiánico 118:25. “Hosanna” significa “Sálvanos, Señor” y es nuestra exclamación ante el anhelo de que venga a nosotros el Reino de Dios. Efectivamente, el nombre de Jesús significa en hebreo “Dios salva” (Mateo 1:21; Lucas 1:31), al exclamar “Hosanna” pedimos a Cristo su salvación y aclamamos su venida.

 

Otra tradición relacionada al Adviento son las “Antífonas de la O”, estas son versos que se cantan originalmente durante la oración de la tarde en las iglesias antes y después del Magnificat (Lucas 1: 46-55), comienzan con la exclamación “¡Oh!” y hacen alusión a los nombres simbólicos para designar a Cristo, el Mesías, en la Biblia.

Las Antífonas de la O son toda una meditación cristocéntrica con la cual se cierran los últimos días de Adviento pues se entonan o cantan al atardecer desde el 17 hasta el día 23 de diciembre. Además, en latín las antífonas forman un curioso acróstico: Ero Cras, que significa “Vendré mañana”.

 

 

  • O Sapientia (Oh, Sabiduría) 17 de diciembre. Isaías 11:2-3; Sabiduría 8:1; Eclesiástico 24:3.

“Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín, y ordenándolo todo con firmeza y suavidad: ven y muéstranos el camino de la salvación.”

  • O Adonai (Oh, Señor) 18 de diciembre. Isaías 33:22; Éxodo 3:2 y 24:12.

“Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley: ven a librarnos con el poder de tu brazo.”

  • O Radix Iesse (Oh, Raíz de Jesé)19 de diciembre. Isaías 11:1.10

“Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos; ante quien los reyes enmudecen, y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a librarnos, no tardes más.”

  • O Clavis David (Oh, Llave de David) 20 de diciembre. Isaías 22:22 e Isaías 9:6.

“Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel; que abres y nadie puede cerrar; cierras y nadie puede abrir: ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte.”

  • O Oriens (Oh, Amanecer) 21 de diciembre. Isaías 9: 1-2; Malaquías 3:20.

“Oh Amanecer, resplandor de la luz eterna, Sol de justicia: ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.”

  • O Rex Gentium (Oh, Rey de las naciones) 22 de diciembre. Isaías 9:5; Efesios 2:14.

“Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo: ven y salva al hombre, que formaste del barro de la tierra.”

  • O Emmanuel (Oh, Emmanuel)23 de diciembre. Isaías 7:14.

“Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.”

 

Se han realizado muchas composiciones musicales a través de los siglos para acompañar estas antífonas durante los oficios vespertinos en las iglesias. Son una forma más de prepararnos para la Navidad.

 

¿Qué hacer de especial durante este Adviento?

Este tiempo tiene que ser una temporada diferente al resto del año, más allá de los arreglos navideños “comerciales” (comprar regalos, adornar la casa, preparar viajes) también hemos de prepararnos interiormente para la venida del Salvador. Podemos dedicar un espacio cada día para meditar la Palabra de Dios, encendiendo las velas de la corona según los domingos van pasando e intentando que nuestras actitudes mejoren como si Cristo fuera a tocar nuestra puerta en cualquier momento.

Finalmente, queremos sugerir un pequeño plan de lectura para hacer devocionales durante la primera semana de Adviento, pueden usarse en cualquier momento del día como parte de la meditación bíblica.

 

Primera Semana de Adviento:

 

  • Lunes: Miqueas 4: 1-5
  • Martes: Miqueas 4: 6-13
  • Miércoles: Salmo 80
  • Jueves: Miqueas 5: 1-5
  • Viernes: Jeremías 1: 4-10
  • Sábado: Ezequiel 36: 24-28

 

¡Que este tiempo de Adviento sea de mucho provecho espiritual para todos nosotros y estemos preparados para celebrar con alegría la fiesta de la Navidad!

 

+ Rev. Gustavo Martínez S.

 

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