Devocional de la Semana: Vivir con Espíritu (última parte)

 

Hoy meditamos en: Marcos 10:1. «Según su costumbre, les enseñaba»

 

En realidad no es necesario tener un doctorado en teología para dar testimonio y enseñar la Buena Noticia a quienes nos rodean: nuestras acciones y hechos hablan por sí solos. El cristiano y la cristiana de a pie debe dar testimonio de cómo obra la Buena Noticia en su vida cada día y hacer de ese buen testimonio un hábito de vida, una costumbre.

Usualmente estamos más bien acostumbrados a lo contrario, a dar testimonio del mal que habita en nuestro interior y a nuestro alrededor. El chisme, la crítica destructiva, las malas noticias, el morbo amarillista de los periódicos, la envidia… son testimonios que nos fascina dar y escuchar de otros, cuando más bien estamos llamados a testimoniar la obra de la Gracia de Dios en nosotros y no nuestra bajeza. Obviamente, si no dejamos que la Gracia actúe, si no le damos lugar al Espíritu, nunca dejaremos de habitar en la bajeza.

Es tiempo de adoptar hábitos sanos. Transmitamos Buenas Noticias a nuestro alrededor y contagiemos alegría, paciencia y optimismo allí donde la sociedad fría y vacía solo siembra desilusión. ¡Y hagamos de esto una costumbre en nosotros!

Jesús iba los sábados a la sinagoga a enseñar, pero entre semana daba testimonio del Reino en la calle y en las plazas, entre la gente sencilla. No esperemos al domingo para ser testigos del Evangelio, hagamos del testimonio vivencial nuestra costumbre más habitual durante la semana.

Recuerda que vivir con Espíritu implica también hablar y actuar, aquí y allá, con convicción certera, sobre Jesús y su Espíritu.

 

 

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