Ser discípulos de Jesús conlleva también desafíos y retos: persecuciones, rechazo, temor… Sin embargo, Jesús repite por tres veces en este evangelio «¡No tengan miedo!» La Buena Noticia es que más allá del temor nuestra vida está en las mandos del Buen Dios para quien valemos mucho, pues somos sus hijos e hijas. Hoy oramos por la Iglesia perseguida en el mundo, por los cristianos que viven su fe a escondidas y por todos los que son rechazados por vivir los valores del Reino de Dios.
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